Millones de personas han oído, leído, visto sobre la historia de un niño que nació en un pesebre hace 2.000 años. Sin embargo, muchos conocen más sobre temas tecnológicos o deportivos, o sobre leyendas o mitos como «San Nicolás», el espíritu de la navidad, que sobre este niño.
«Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. 7 Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin.» Isaías 9:6,7 NVI
Jesús nació con el mayor propósito que nadie pueda tener. Su concepción, nacimiento, vida, muerte y resurrección fueron perfectas. No vino a este mundo a crear ninguna religión o movimiento revolucionario. Vino con el propósito de cumplir perfectamente con las normas establecidas por Dios, y una vez alcanzada la meta, daría la mayor esperanza que pueda tener el ser humano: conocer a Dios, recibir su perfecto perdón y amor, para vivir bajo Su voluntad. Por años el mundo le ha llamado profeta, iluminado, santo; incluso muchos creen que fue un gran hombre, un gran líder, o que es el mejor camino al cielo. Pero todos estos conceptos juntos quedan cortos ante la verdadera realidad. Jesús fue y es el Hijo de Dios, Dios mismo hecho hombre. A veces leemos rápidamente estas palabras y no analizamos la profundidad y trascendencia de las mismas.
Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10 NVI
Jesús no quedó como niño, creció, maduró y asumió con responsabilidad y amor su propósito redentor. El único que pudo partir la historia en 2: ANTES y DESPUÉS. El único que resucitó y transformó a sus seguidores que eran hombres comunes, en seres extraordinarios, que han impactado la vida de miles de millones de personas a lo largo de la historia. Si no has sido impactado e influenciado por su vida, es porque seguramente nunca te has permitido conocerle. No como una «historia bonita», sino como alguien que te brinda la oportunidad de una relación íntima y especial. Date una oportunidad, lee Su Palabra, y conócelo, te aseguro que tu vida cambiará y tus perspectivas también. Jesús está esperando le des el tiempo de conocerle, de intimar con él, y que le permitas ser parte de tu vida. ¡Hoy es un día especial para darle paso en tu vida!
Nos leemos en el próximo.
Comparte este artículo con tu red de amigos. Utiliza los siguientes íconos.