“Pero el Señor me dijo:
«No digas: “Soy muy joven”, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene. 8 No le temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte.» Lo afirma el Señor…»» Jeremías 1
Uno de los llamados más usuales que podemos ver entre los servidores cristianos, le hemos denominado el «llamado de Jeremías«. Es aquel donde Dios confirma el propósito del servidor de una manera progresiva, pero contundente, así como también de su total apoyo y bendición.
Como podemos ver en los primeros versículos del primer capítulo del Libro de Jeremías, Dios le había hablado en varias oportunidades al profeta, quien por cierto provenía de una familia sacerdotal.
«La palabra del Señor vino a Jeremías en el año trece del reinado de Josías hijo de Amón, rey de Judá. También vino a él durante el reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá» Jeremías 1:2,3
Dios, por su soberanía, puede hacer su llamado, sin que esto quiera decir que requiere de inmediato el servicio de quien ha llamado. En el caso del llamado de Jeremías, Dios hubo de confirmar en varias etapas, no el llamado, sino el propósito del mismo. Como puede ser usual, los servidores suelen sentirse inadecuados para servir a Dios (edad, estado civil, tiempo de conversión, etc.). Pero Dios, soberano y sabio, sabe perfectamente cuándo y cómo llamará a sus fieles a servirle y cumplir con su voluntad. Para ello, Dios no solamente confirma el llamado y el propósito, sino también, que Él mismo llevará adelante el plan que realizará a través de cada servidor.
Tal vez te sientes inadecuado, o fuera de tiempo para servir a Dios. Es posible que alguien de tu equipo ministerial sienta temor por su inexperiencia. Debes recordar que antes de la creación, Dios tiene un plan para la humanidad donde todos encajan perfectamente. Dios sabe que puedes tener temores, pero Él siempre te dará valor y apoyo en todo lo que hagas conforme a Su llamado y propósito. ¡No desistas de servir a Dios!
Nos leemos pronto, bendiciones.
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